Los niños: un futuro que se cuida en el presente

El Día del Niño es mucho más que una celebración. Es un recordatorio de que los niños no solo representan nuestro futuro, sino que son un presente valioso que requiere atención, respeto, acompañamiento real, pero, sobre todo, presencia y contacto desde el punto de vista gestáltico.
Los niños y la infancia son un futuro que está presente en nuestros días, por lo mismo es necesario ocuparnos en este presenta para estar con ellos desde la presencia y el contacto.
Una Mirada Gestáltica:
Desde la mirada Gestalt, cada niño es un ser completo en su aquí y ahora. No es un adulto en formación ni un proyecto que deba ser moldeado a voluntad. Su mundo emocional, sus necesidades, sus tiempos y su manera de estar en el mundo merecen ser vistos y honrados tal como son.
Cuidar a un niño implica algo más que protegerlo: implica presencia consciente. (Ana Giorgana, 2025)
Estar realmente disponibles para acompañarlo en su crecimiento, validando sus emociones, respetando su forma de aprender, y confiando en su impulso natural hacia el desarrollo. Para Carl Rogers, requerimos de la aceptación incondicional frente a las situaciones que se nos presentan en el desarrollo sin condicionar las circunstancias.
La educación, bajo este enfoque, no se trata de imponer y ser autoritarios, sino de aplicar y facilitar el descubrimiento, el autoapoyo y la responsabilidad personal. Se trata de sostener su crecimiento sin dirigirlo ni acelerarlo, reconociendo que el niño aprende de manera significativa cuando se siente visto, escuchado y respetado, pero sobre todo, amado por la persona que es.
Cada gesto, cada palabra, cada acto de presencia o de ausencia, impacta en la construcción interna del niño. La crianza que fortalece no es la que corrige todo el tiempo, sino la que acompaña desde el amor y la aceptación.
En Instituto CEDES, creemos que la mejor manera de sembrar un futuro humano, libre y consciente, es cuidar el presente de cada niño. Acompañarlos en su autenticidad es el acto más profundo de respeto y de esperanza que podemos ofrecer.
Hoy, al celebrar el Día del Niño, recordemos que cada momento de atención y cada mirada amorosa, son semillas que florecerán en su vida para siempre.
Algunas reflexiones
Para padres:
Valida las emociones de tus hijos. No intentes corregir lo que sienten; acompáñalos a comprenderlo. Tu aceptación es el terreno donde florecen seguros.
Para educadores:
Reconoce que cada niño aprende a su manera. La paciencia y la flexibilidad son más poderosas que cualquier método. Enseñar es también aprender a ver.
Para terapeutas:
Confía en el proceso del niño. No fuerces cambios; construye puentes de confianza y seguridad. El contacto auténtico abre más puertas que cualquier intervención.
Para los niños todo es una forma de amar
Hoy, al celebrar el Día del Niño, recordemos que cada momento de atención, cada acto de respeto y cada mirada amorosa son semillas que florecerán en su vida para siempre.
Los niños no esperan un mundo perfecto.
Esperan ser vistos, escuchados y acompañados en su presente.
Cada vez que elegimos educar desde el respeto, cada vez que criamos desde la presencia, cada vez que confiamos en su capacidad natural para crecer, estamos construyendo algo más grande que nosotros mismos: estamos sembrando humanidad.
El verdadero acto de amor no es proyectar en ellos nuestros sueños, sino sostener su camino con respeto, confianza y amor real.
En Instituto CEDES, creemos que acompañar a un niño en su autenticidad es honrar la vida en su expresión más pura.
Hoy, y cada día, recordemos:
Cuidar a un niño es cuidar el alma del futuro.
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