El Self como proceso: una mirada gestáltica
El Self, en la Terapia Gestalt contemporánea, se entiende como un proceso dinámico que organiza la experiencia en la frontera de contacto. Más que una estructura estable, el Self es el lugar en el que una persona se ajusta creativamente al ambiente. Creativamente, quiere decir, con los recursos que cuenta en el presente y con el grado de conciencia con el cuál puede adaptarse a su circunstancia. Además, reorganiza su identidad y responde a las demandas internas y relacionales. Comprender el Self como proceso es fundamental para el trabajo clínico desde la Terapia Gestalt Aplicada, modelo desarrollado por Ana Giorgana en CEDES.
1. El Self como proceso en la Terapia Gestalt
El Self no se considera como una identidad fija. La Gestalt propone un Self que emerge a cada momento. La identidad se construye, se ajusta y se transforma en función del campo: vínculos, historia, ambiente emocional y posibilidades presentes. Esta visión evita la patologización de la conducta y de la manera de comportarse del individuo y permite una comprensión más humana y de los contextos que se viven. Este solo hecho, permite, un desarrollo personal sin culpas y orientado a la aceptación incondicional de la persona.

2. El Self y la frontera de contacto
La frontera de contacto es el lugar donde ocurre la experiencia. Allí se organiza el Self. No es algo interno, sino un proceso entre la persona y su entorno. En términos terapéuticos, esto significa que el cambio no ocurre solo dentro del individuo, sino en el encuentro entre terapeuta y paciente, en la fenomenología compartida y en las interacciones que emergen de la sesión. La Terapia Gestalt Aplicada es un proceso relacional. En la relación ocurren los intercambios de modos de relación y de los impactos que se presentan entre el terapeuta y el paciente.
3. Interrupciones de contacto y la reorganización del Self
Cuando el entorno no sostiene adecuadamente a la persona —ya sea por trauma relacional, desconfirmación crónica, roles invertidos o exigencias excesivas— el Self se reorganiza mediante los diferentes modos de relación que pueden llegar a rigidizarse o bien, a volverse poco funcionales en cuanto a la adaptabilidad. Estos ajustes creativos conservadores logran hacer que el individuo se adapte a las circunstancias, pero no por ello, dejan de generar sufrimiento en el individuo. La Terapia Gestalt Aplicada acompaña al paciente a reorganizar estas formas de contacto para recuperar su funcionalidad, vitalidad, claridad y una mejor adaptabilidad tanto para Sí Mismo como para el medio ambiente o campos relacionales en los que se desarrolla.

4. El Self y el campo: el cambio como fenómeno relacional
El Self se transforma cuando el campo se transforma. La conducta es una función de campo. Pero no hablamos solo de la transformación del entorno como tal, sino de la transformación del Self en su relación con el entorno. Si solo esperamos el cambio del entorno, estamos sujetos a su dependencia, necesitamos apropiarnos de nuestras decisiones, elecciones y de la conciencia de quiénes estamos siendo para crear esa situación en la que nos encontramos inmersos. Nuevas experiencias relacionales, límites claros, presencia auténtica y un terapeuta que acompaña sin invadir generan un campo donde la identidad puede reorganizarse de manera más flexible. Esta perspectiva coincide con la Gestalt relacional contemporánea, que reconoce que la experiencia humana siempre es co-creada.
En mi experiencia, prefiero llamar que estamos construyendo la experiencia en nuestras interacciones.
5. Transformación terapéutica del Self
En el proceso clínico, el Self logra mejores procesos a través de:
El darse cuenta (awareness). La indagación fenomenológica. Arriesgarse a nuevas formas de contacto. La integración de polaridades. La regulación del campo interno y relacional. Reconocer y desafiar los introyectos. La aceptación. La vivencia del momento presente tal y como se presenta en el ahora del campo terapéutico. Sostener el vacío fértil, la angustia, la incomodidad el tiempo que sea necesario. La implicación en el proceso. Estar conscientes de cómo nos afectan las experiencias de los campos que el individuo nos trae a la consulta y cómo vivimos nosotros mismos, esas experiencias tan humanas.
Estos movimientos de contacto permiten que la persona logre una mejor comprensión de su Sí Mismo sin juicios y lograr darse cuenta de su realidad actual y comprender sus posibilidades de contactos más plenos y significativos.
En suma
El Self es una danza entre historia, campo y posibilidad. Entenderlo como proceso no solo ofrece una lectura más profunda de la identidad, sino que abre puertas para transformaciones terapéuticas más humanas, más relacionales y más auténticas. Desde el modelo CEDES de Terapia Gestalt Aplicada, este enfoque permite acompañar a los pacientes en procesos reales de reorganización personal.
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Bibliografía
Giorgana, A. (2023). Fenomenología y Terapia Gestalt. CEDES.
Giorgana, A. (2024). Proceso de contacto y experiencia relacional. CEDES.
Giorgana, A. (2024). El Self como función integradora en la Terapia Gestalt Aplicada. CEDES.
Giorgana, A. (2025). Terapia Gestalt Aplicada Integrativa: fundamentos del modelo CEDES. CEDES.
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