Responsabilidad afectiva y Terapia Gestalt

Las relaciones humanas por su naturaleza cuentan con un sinfín de aspectos de experiencia que tienen lugar en el marco de la vida misma. Los seres humanos somos seres en relación, nuestra vida, para bien o para mal, está entretejida en una red de relaciones en los diferentes campos y situaciones en las que habitamos.

Uno de los postulados de la Terapia Gestalt es la relación del organismo con el entorno. Fritz Perls, en su libro Sueños y Existencia, aclara que un organismo es todo ser viviente que tiene órganos y por tanto necesita de un ambiente en el cual crecer y desarrollarse, siendo ésta, una relación que forma parte de la existencia misma.

 

El campo relacional y la responsabilidad afectiva

 

Los organismos o sea las personas en todo momento formamos partes de un campo que está sujeto a una interacción dinámica. El organismo y el entorno se retroalimentan y se nutren mutuamente para su subsistencia.

La visión del individuo como un ser separado de su entorno es un fundamento fuera de uso. Los individuos tejen una red de vínculos y relaciones a lo largo de su caminar y que van impactando en sus vivencias, aprendizajes, así como, en la manera como se relacionan, como arreglan sus diferencias, sus conflictos y cómo formulan acuerdos y compromisos.

La Terapia Gestalt denomina a esta interacción la forma de contactar con el ambiente. Este contacto se lleva a cabo en la frontera de contacto, en el ahora, en el presente que es el único lugar en la que se realiza la experiencia.

 

 

La responsabilidad en la Terapia Gestalt

 

El existencialismo y el humanismo sostienen que el ser humano es libre de elegir, pero al mismo tiempo, es responsable de esas elecciones con todo lo que implica y con las consecuencias que lleva.

La Terapia Gestalt promueve esa responsabilidad frente a las acciones, sentimientos, conductas propias que tienen lugar en los campos relacionales. No se trata solo de asumir lo propio sino el impacto que tienen esas conductas en los otros, en las situaciones y contextos en los que nos desenvolvemos.

 

La responsabilidad social y la Terapia Gestalt

 

En mi experiencia y en todos los diplomados y talleres que imparto sobre la formación en Terapia Gestalt, uno de los puntos en los que mayor énfasis hago en el aprendizaje a los estudiantes en proceso de formarse como terapeutas, es:

Los seres humanos o los individuos tenemos un gran compromiso y responsabilidad social. El darse cuenta no es solo en cómo voy contactando con el mundo sino en cuáles son las implicaciones que mis sentimientos y conductas tienen en la experiencia de las personas con las que entro en contacto. (Ana Giorgana, 2022)

No podemos ir por el mundo con una actitud egótica considerando que somos lo único e importante, si bien, nuestra experiencia es valiosa, el resto de las personas con las que establecemos vínculos también son únicas en su experiencia, percepción y forma de contactar. Vivimos desde nuestra intersubjetividad, pero eso no nos exime de tomar responsabilidad del impacto que nuestras formas de ser y estar en el mundo tienen en la experiencia de los otros. (Ana Giorgana, 2022)

 

La responsabilidad afectiva

 

La responsabilidad afectiva es un término moderno que se basa en el consenso, el cuidado y el diálogo sobre los sentimientos y las emociones que surgen en una relación de cualquier naturaleza. Cuidar implica escuchar al otro y acompañarlo teniendo en cuenta sus emociones.

Solo cuando somos responsables emocionalmente podemos generar vínculos sanos y duraderos. Este término implica tener en cuenta las consecuencias de las acciones propias en el otro, y pensar en la pareja, en un amigo o familiar antes de tomar una decisión que pueda afectarlos.

Así, la responsabilidad afectiva es ser consciente de que todo acto que una persona realice dentro de una relación tiene una consecuencia positiva o negativa en su pareja. El objetivo de esta conciencia es evitar el dolor innecesario que generan las falsas expectativas del amor romántico.

Lo anterior no significa que debemos anteponer los deseos y los sentimientos del otro, sino más bien saber que nuestras acciones tienen impacto en los otros. Para asumir la responsabilidad afectiva debemos plantear acuerdos, evidenciar necesidades, explicitar deseos y tener empatía.

Asimismo, debemos dejar claro el tipo de vínculo y, a partir de ello, cuidar del otro. De esta forma, lograremos relaciones afectivas más equitativas, respetuosas y transparentes. El objetivo de la responsabilidad afectiva es construir vínculos afectivos más humanos y menos desiguales.

La responsabilidad afectiva propone herramientas para establecer relaciones que tiendan a una mayor igualdad, en contextos profundamente desiguales.

 

¿Cómo mantener vínculos responsables?

Si bien no existen recetas mágicas y no se pueden protocolizar las relaciones humanas, de acuerdo con los y las expertas, existen estrategias para mejorar la responsabilidad en nuestros vínculos socioafectivos. Una de ellas es practicar la honestidad, la transparencia y la empatía.

Comunicación asertiva

Se trata de uno de los elementos más importantes para ejercer la responsabilidad afectiva. Hablar de manera directa, con claridad y honestidad, es la medida para prevenir y superar conflictos.

Establecimiento de acuerdos

Los acuerdos son la mejor forma de superar problemas y conflictos. En el caso de las relaciones de pareja, una forma de aplicar la responsabilidad afectiva es estableciendo qué está permitido y qué no, mediante el diálogo.

Comprender que una relación consta de más de una persona

La responsabilidad afectiva tiene que ver con la empatía, y la empatía tiene que ver con romper el narcisismo y entender que hay un otro. Es necesario olvidar la idea de que uno mismo es lo que más importa y empezar a considerar a los demás.

Tener claro que cualquier relación tendrá complicaciones

La responsabilidad afectiva implica comprometerse con las personas y entender que, inevitablemente, habrá momentos complicados. Lo mejor será actuar con responsabilidad y afrontar esos problemas mediante la comunicación y los acuerdos.

Considerar que cualquier acción tendrá una consecuencia

Cada palabra y acción genera una reacción en la otra persona, por lo que es indispensable ser empático y pensar en el impacto que causamos.

No se trata de actuar de forma perfecta, sino de actuar y hablar con empatía y respeto. Si se comete un error, hay que asumir las consecuencias y buscar una solución positiva para todas las partes involucradas.

 

Importancia de la responsabilidad afectiva

 

La responsabilidad afectiva nos ayuda a afrontar y superar conflictos con otras personas. Los conflictos no van a dejar de existir, pero esta responsabilidad busca que se solucionen.

El conflicto no es negativo, sino una oportunidad para desarrollar habilidades para manejarlo. Intenta poner en práctica la responsabilidad afectiva en tus relaciones. No es sencillo, pero vale la pena si realmente valoras esa relación.

 

 

El cierre de ciclos en la Terapia Gestalt

 

El proceso de la vida lleva al cierre de ciclos constantemente. Cuando no se logra transitar este proceso, la vida queda detenida en algo que ya no está. Cerrar un ciclo es dar fin a un asunto inconcluso que impide el desarrollo personal y provoca sufrimiento.

Para cerrar un ciclo se requiere:

  • Entrar en contacto con los sentimientos: tristeza, enojo, rabia, dolor, soledad, culpa.
  • Realizar nuevos ajustes creativos y formas más adaptables al entorno.

Cerrar ciclos implica:

  • Aceptación del hecho.
  • Cambios de rutinas.
  • Nuevas formas de ocupar el tiempo.
  • Realizar un proceso de crecimiento personal.
  • Dejar de esperar que todo mejore mágicamente y asumir responsabilidad.

El darse cuenta es el camino de la recuperación. El cierre es dejar de arrastrar las penas del ayer y recuperar las vivencias del hoy. La Terapia Gestalt acompaña en estos procesos dolorosos y necesarios.

Ejemplo de cierre de ciclo: ruptura de pareja

  • Aceptar la situación.
  • Sobrevivencia afectiva ante el torrente emocional.
  • Comprender que la recuperación solo puede hacerla la persona afectada.

La Terapia Gestalt enfoca el trabajo en el presente para que las vivencias dolorosas no roben la energía del ahora. Los procesos de duelo y crecimiento personal requieren tiempo, paciencia y contacto con uno mismo.

El cierre de ciclos afecta diversos aspectos del ser humano: identidad, autoestima, formas de vivir, contacto con el entorno, autocuidado, entre otros.

La Terapia Gestalt es un viaje de desarrollo personal que permite integrar y resignificar vivencias pasadas como aprendizajes presentes.

Todo cierre de ciclo...

  • Es un proceso de duelo y crecimiento.
  • Requiere contacto con sentimientos y sensaciones.
  • Implica darse cuenta y replantear la vida.
  • Nos obliga a conocernos más y valorar lo vivido.
  • Responde a una responsabilidad personal en la recuperación.
  • Obliga a desarrollar amor propio.
  • Lleva a un aprendizaje significativo.
  • Permite salir fortalecido del dolor.

Desde mi práctica como psicoterapeuta y formadora de terapeutas, he acompañado a muchas personas que se han quedado detenidas en el pasado, desperdiciando su presente. Estas experiencias han dado lugar a un material disponible para el público y terapeutas.

Cerrando ciclos en la vida: un camino hacia la libertad emocional es un recurso práctico con ejercicios para guiar a cada persona en su proceso de crecimiento y autodescubrimiento.

Me siento muy agradecida con todos los que me han permitido acompañarlos en su proceso de vida. Infinitas gracias.


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